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CLUB DEL TRUEQUE EN RÍO CUARTO

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Córdoba - Río Cuarto: Una iniciativa para hacerle frente a la crisis económica
La actividad se realiza los martes en la Vecinal San Martín. Las participantes dicen que es una manera colaborativa de salir adelante. El único requisito para ingresar al circuito es aportar algún alimento 
El Club de Trueque que funciona en la Vecinal San Martín tiene como antecedente experiencias similares que se desarrollaron en la década del 90 y posteriores a la crisis de 2001 en la ciudad. Todos los martes, a las 14.30, un grupo de mujeres -algunos hombres asisten como acompañantes- se reúne en el espacio cedido por la comisión directiva para realizar el intercambio.
La única condición que imponen las organizadoras a las participantes es llevar algún alimento. En una primera instancia, colocan la mercadería sobre una mesa y realizan una ronda para que cada una elija entre fideos, frutas, latas de conservas, alfajores, o cuaquier otra opción disponible para adquirir. Una vez que se acaban los comestibles, la ronda se amplía para la compra de ropa, artesanías u otros objetos que lleven las asistentes.
La gente tiene necesidades, por eso el trueque inicia por una necesidad social. Vos vas porque necesitás mercadería, ropa, lo que fuese. Funciona porque no utilizamos dinero. Pero no es un intercambio de productos, sino que hay una compra y venta pero sin dinero. Cuando vas por primera vez, yo te presto 300 créditos, para que puedas comprar, y con lo que trajiste para vender conseguís créditos para devolver el préstamo”, explica a PUNTAL Betiana Barroso, una de las organizadoras. “Mientras más vendés, más créditos tenés”, afirma.
En el Club del Trueque no hay obligación de comprar. “Si no te gusta nada, guardás el crédito para el próximo martes. Podés no comprar nada y vender solamente”, agrega Barroso.
-¿Cuál es la clave del éxito?
Creo que la constancia y la necesidad de la gente. Hay gente que viene porque siempre te llevás algo, y porque además, es una forma de salir adelante. Porque acá conocés a muchas personas y entonces vas armando una red. 
¿Cualquier persona puede acercarse a participar?
-Sí. Entra quien quiera. A veces somos diez, otras, quince, otras, veinticinco. La mayoría de las veces somos las mismas diez y siempre se va agregando gente nueva. 
Patricia Ojeda, secretaria de la comisión directiva de la Vecinal San Martín, dice: “Les ofrecemos de manera gratuita este espacio a las chicas como una cuestión de pertenencia, para que puedan apropiarse del lugar. La mayoría de mujeres son del barrio. Estamos en una época difícil y cada vez hay más gente que viene”.
El Club de Trueque se realizó también en otras vecinales, en casas de familia y en espacios públicos, pero no resultó viable. Actualmente, además de los martes, se está implementando en barrio Jardín, los jueves, en una casa de familia. 
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¿Cómo funciona?
A medida que llegan las participantes, entregan la mercadería que llevaron para vender y se anotan en una lista. Las organizadoras les ponen un precio a los productos que llevaron si la participante no lo hizo previamente.  En cualquier caso, se intenta que sean precios justos y accesibles. “Le ponemos precio para que no te pidan una locura y que todos vendan al mismo precio”, señala Betiana. 
Luego, cada una recibe un número y se arma una ronda para que, por turno, cada una pueda elegir un alimento de los que están expuestos. 
Esta modalidad surgió para que nadie se quede sin llevarse al menos un alimento. Fideos, un postre, alfajores de maicena, medio pimiento, medio anquito, o una caja de arvejas son algunas de las variantes que había ayer. “Priorizamos la selección de mercadería”, explican.
En la segunda ronda, se les paga a las asistentes (con tickets de crédito) lo que llevaron, y se habilita la venta del resto de los productos que llevaron para ofrecer. 
Carmen Peralta asiste desde los primeros días. “Hoy me llevo fideos, algún postre para los chicos. Yo traigo frutas y verduras. Me gusta venir porque es una colaboración entre cada una, no necesitás traer plata. Yo noto que cada vez hay más gente y más trueque”. 
El Club de Trueque también tiene un espacio para el intercambio de ropa para toda la familia. “Le ponemos un límite de precio a la ropa, porque en general o la regalás o la tirás cuando no te sirve más. Entonces queremos evitar abusos”, explica Laura González, otra de las organizadoras.
Por ahí, comprar un jean por 200 créditos es mucho, porque esa ropa es algo que estaba para regalar o tirar. En cambio, media docena de alfajores, que son artesanales, sí tienen ese costo”, añade la mujer. 
 
Fte e Img: Puntal
http://www.puntal.com.ar/riocuarto/Club-de-Trueque-una-iniciativa-para-hacerle-frente-a-la-crisis-economica-20180605-0092.html

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